Este es el 5º libro de una saga
bastante romántica. Sólo me he leído tres de los seis que los compone. Éste
personalmente no es de los mejores de esta autora, teniendo en cuenta que soy
una gran admiradora de sus libros. Es cierto que he leído libros buenos, muy
buenos, malos y regulares. Quizá éste lo englobaría en este último grupo pues
después de su lectura es fácil olvidarse de él.
Frederica es una chica de 24 años
que proviene de una familia bastante rica, no le falta de nada. Decide mudarse
a la tierra en la que vive la familia por parte de madre (Natasha Stanislaski)
y hacerse un hueco en el mundo de la música componiendo canciones. Pero esa es
sólo la razón material, pues detrás de todo esto existe un plan para seducir al
único hombre que le ha robado su corazón: Nick LeBeck. Éste es el hermanastro
de Zack Muldoon, casado con Rachel Stanislaski (Libro Unidos por la ley) que viene a ser la tía de Frederica.
Nick es un chico que ha tenido
multitud de problemas en el pasado: amigos que no convenían, robos… Ahora se
gana la vida con lo que más le gusta: la música. Es un creador de musicales muy
respetado y la intención de Frederica es unirse con él en su próximo proyecto.
Las cosas entre ellos marchan bien, hasta que la tensión sexual existente hace
cada vez más difícil el trabajo en grupo.
La idea de enamorarse de
Frederica no le resulta nada convincente pues cree que ella se merece alguien
mejor. La aparición continua de gente relacionada con su pasado le confirma
este pensamiento pero Frederica no quiere dar su brazo a torcer e intentará
hacerle ver que ella es la mujer de su vida.
He de decir que el libro es
entretenido aunque la historia en sí no tiene mucho que darle al lector. Otras
obras de esta misma saga me han resultado más interesantes como Unidos por la ley o El primer encuentro. Como he dicho anteriormente, no es de sus
mejores obras pero tampoco es de las peores.
Puntuación: 6
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